¡Qué bien y qué pronto!, le dijo la tonta al tonto. Con la cabeza bien alta y la satisfacción del deber cumplido, hoy se fueron los americanos de Irak, dejando tras de sí un país mejor en el que reina el estado de bienestar y la democracia y donde todos los ciudadanos son iguales. ¡Vamos, sin comparación a como estaba antes!
- Ya no manda una sola persona: ahora mandan todos y cada uno hace, impunemente y por las buenas o mayormente por las malas, lo que le da la gana, tal como violar, robar o matar.
-Ya no hay pobres y ricos, sino que ahora todos son iguales: pobres.
-Ya no hay personas que degustan exquisitos manjares y otras que pasan hambre, sino que ahora todos son iguales: todos pasan hambre. Mucha hambre.
-Ya no hay hospitales ni medicamentos solo para los ricos: no los hay para nadie.
-Ya no hay escasez de recursos por superpoblación: los americanos han liquidado a 150.000 iraquíes, entre ellos mujeres y niños, que consumen y no producen.
-Ya no hay un dictador que decida lo que tiene que hacer cada uno: ahora lo deciden entre todos, mediante guerrillas y a tiros por las calles.
-Ya no hay un dictador que atente contra la población civil: ahora lo hacen entre ellos mismos con coches bombas, camicaces e inmoladores.
-Ya la población iraquí no debe tener miedo de las armas de destrucción masiva: ahora todos están tranquilos porque, como dice el impresentable señorito Aznar, “ahora sabemos que no las tenían”. Y todo ello al módico precio de un billón de euros y 155.000 muertes de inocentes.
-Ya no hay iraquíes que tienen petróleo y otros que no lo tienen: ninguno de ellos lo tiene porque se lo han quedado los americanos y los ingleses, a cambio de “reconstruir” lo que ellos antes han destruido. (Por cierto, a España no le ha tocado nada en el reparto de estos contratos. Hasta para esto es torpe el Aznarín de las Azores, que se ha dejado engañar como un chino por Bush y Blair, los más tontos de la clase)
Ya no hay palacios de ricos ni chabolas de pobres: ahora hay destrucción total para todos. Palacios, monumentos, museos, reliquias.... El invalorable e incalculable patrimonio histórico-artístico de los antiguos mesopotámicos, babilonios, asirios y persas ha quedado destruido; la muerte ronda a sus anchas por las calles; el pueblo iraquí sobrevive como puede sin el más mínimo futuro; la población, diezmada; los hijos sin padres, los padres sin hijos ...... y un impresentable hijo de puta con medio bigote haciéndose rico contando orgulloso y sonriente por todos los foros del mundo lo que hizo, cómo lo hizo y cómo lo volvería a hacer. No creeré nunca más en la justicia –ni en humana ni en la divina- mientras este enano de talla como hombre y de categoría como ser humano permanezca impune por todo el daño causado en contra de la voluntad de su pueblo y en contra de los más elementales derechos humanos.
Eso sí, este genocidio, esta guerra ilegal, desigual e injusta, “inevitablemente” motivada por la tenencia de armas de destrucción masiva por parte del ejército iraquí, no ha sido inútil, sino que a la postre ha valido para algo. Ha costado una guerra cruenta, pero lo hemos averiguado, pues como dice el innombrable, “antes no lo sabíamos, pero ahora sabemos que no las tenían”. Pero a mí me ha valido para algo más: me ha valido para saber a quién nunca deberé votar, quién nunca deberá gobernar ni tener cargo público alguno y, aún más, quien debería estar en la cárcel. Valiente sinvergüenza.....
Ahora que se van de Irak, los americanos ya estarán buscando algunas torres gemelas para derribar y así tener excusa para invadir Siria, que es lo que toca antes de que le llegue el turno a Irán, militarmente demasiado fuerte si cuenta con el apoyo de Siria. Suerte que esta vez no estará el señorito Aznar para avergonzarnos ante el resto del mundo.
Y tú, Mariañiño, que aunque desaborío pareces buena persona, sé inteligente y no te metas en líos. Y para que vayas practicando, a ver si averiguas este acertijo:
Si Juanín tiene un cojín...¿Qué tiene Juanón?
Si Juanín tiene un cojín...¿Qué tiene Juanón?
Antes de empezar un viaje de venganza, cava dos tumbas.
Confucio
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