Alas anunnakis

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martes, 24 de mayo de 2011

¡Ay, Zapatero...!


¡Ay, Zapa, Zapa...! Mira que te lo advertí antes de las elecciones: estabas siendo un niño muy muy malo y te ibas a ganar un buen castigo. Pues ¡hala!. Ya te lo has ganado. Y todavía tienes que estar contento, porque yo pensaba que el castigo iba a ser mayor aún. Te merecías un castigo más grande, porque si bien está mal que los políticos maltraten a los que no les han votado, lo que no tiene nombre es lo que tú has hecho: maltratar en mayor grado a los que te han votado, la sufrida, denostada y vilipendiada clase media.
Pero no todo lo has hecho mal, y así se te debe reconocer, mi querido Zapatiesto. 
A saber:

-      - Has sido el Presidente con mayor espíritu democrático de la historia de la democracia. Has dado a justos y pecadores por donde amargan los pepinos, sin hacer distingos por credo, raza ni religión. Nos has jodido a todos, absolutamente a todos, y eso, mi querido Zapa, no es nada fácil:  Le has dado a los de la clase media, a los de la alta y a los de la baja, a los de izquierdas, a los de derechas y a los de centro, a los patronos y a los trabajadores, a los ricos y a los pobres, a los altos y a los bajos, a los blancos, a los negros y a los tiznaos.... Y, por dar, hasta le diste un susto de muerte a Obama presentándole a tus retoños...

-  Y has acabado con el despilfarro, el consumismo y los malos hábitos de los españoles, valiéndote para ello de un eficaz método: llevarnos a todos a la más absoluta de las ruinas. Ahora estamos todos toditos recogiditos en casa, sin gastar un duro, sin fumar, sin beber y, pronto, sin comer. En medio de la debacle de atroz pérdida de empleo, te las dedicado a sacar leyes innecesarias, inoportunas, improcedentes y extemporáneas que no han hecho  más que arruinar empresas y generar aun más paro (véase los colegios profesionales con la suspensión del visado, los bares con la ley antitabaco y en general, todos los autónomos con la ley Omnibus).  

Y para ello, te has valido de una pléyade de adláteres que no valen ni para estar escondidos. 
Dime, Zapatiesto: ¿de dónde coño has sacado a una individua como la Pajín? ¿Qué preparación, conocimientos o experiencia tiene esta señorita para ser ministra de la noche a la mañana? ¿Cuál es el saldo resultante de la gestión de esta miembra del ejecutivo, aparte de las procacidades verbales –léase gilipolleces- a las que ya nos tiene acostumbrados?

¡Y la Aído! ¿Se puede ser más inútil? ¿Se puede ser más andrógina y generar mayores tensiones entre hombres y mujeres, a la postre condenados a entendernos? ¿Se puede saber cuál es el saldo  del Ministerio de Igualdad, aparte de registrar cada año un mayor número de casos de violencia de género –que no violencia machista, desafortunado término que la susodicha ha acuñado? ¿Qué ha conseguido con sus desvaríos? Más y más violencia. Las guerras, querida Aido, sólo generan violencia. Y la violencia genera más guerras. Tú nos has metido en esta guerra civil de mujeres contra hombres, enfrentándonos y haciéndonos sentir que unos y otros somos enemigos.  Ya podías aprender de tu jefe ZP, que nos consigue “acuerdos para follar” en tanto tú sólo nos has dado motivos para pelearnos. Por ejemplo, a partir de ahora resulta que no ser tierno y cariñoso con la pareja –mujer, por supuesto- o no tenerla sexualmente satisfecha es una forma de maltrato hacia la mujer. Pues por esa regla de tres, su eminencia, todas las mujeres tendrían que estar en la cárcel.... salvo que, tal y como ya nos tienes acostumbrados, esta ley sólo sea aplicable a los HP de los hombres. Como también se ha inventado esta estúpida (a estas alturas ya no se me ocurre otro calificativo menor) que echarle un piropo a una señorita es un acto denigrante para ésta, una agresión del varón a la mujer que debe ser digna de pena o sanción. ¡No puedo con mi vida!
Pues te voy a dar otra idea, Aidito, para que la pongas en práctica antes de irte a la mierda:  podrías meter en la cárcel a todos los varones recién nacidos por haber estado viviendo a costa de su madre durante nueve largos meses y por haberla hecho sufrir durante el parto, con el agravante de comportamiento machista por haberse empeñado a salir por el mismísimo coño, con la de agujeros que hay en el cuerpo humano... Aido, cuanto antes te vayas y cuanto antes nos liberes de y tu actitud inquisidora y de tus continuos desvaríos, propios de quienes no tienen nada mejor que hacer, mejor nos irá a todos, hombres, mujeres y viceversa.

Y lamento que la tercera “piedra angular” de la desgracia zapatera sea también mujer, pero no me puedo olvidar de una auténtica impresentable:  la Sinde, la que conseguido hacer ricos a los de la SGAE, un regimiento de holgazanes que pretenden vivir del cuento el resto de sus días sea al precio que sea. Españolitos como yo hemos estado años pagando impuestos a cantantes, músicos y otras malas yerbas por tener derecho a archivar mis proyectos de edificación –que es propiedad intelectual mía- en CD`’s, por suponerse que los he utilizado parta grabar música, libros, etc. que igualmente se supone que es propiedad intelectual de ellos. Y digo yo, ¿porqué no ponemos un impuesto al cemento y los ladrillos por suponer que albañiles y constructores van a realizar obras sin la preceptiva intervención de estos técnicos? Y, ¿Por qué no meteros a todos los de la SGAE en la cárcel por suponer –que más que demostrado está- que nos habéis estado robando a todos con la connivencia de la Sinde, que se ha dedicado a beneficiar impunemente a una  minoría – entre otros los miembros del club del que a su vez era Presidenta, la Academia del Cine -  en contra del interés general los ciudadanos a los que representa? Y, ¿qué hacemos ahora con esta señorita tras la sentencia del Supremo, que declara esta ley contraria a derecho? ¿Quién nos va a devolver a todos los españoles los miles de millones que hemos pagado indebidamente a estos holgazanes, para que puedan tener unas jubilaciones multimillonarias como la del sinvergüenza de su presidente, el señorito Teddy Bautista, al que le ha quedado una pensioncita de ¡¡¡¡24.500 € al més!!!, que cobra un mes tras otro con los dineros robados a todos los españolitos, mientras éstos se mueren de hambre.... Vergoña, que dirían los del país vecino. Y no nos olvidemos de los continuos intentos de esta buena señora de eliminar cualquier tipo de libertad en la red, adoptando una postura dictatorial propia de una república bananera. Ahora resulta que ni los blog, a los que quiere enmudecer, se encuentran a salvo de las garras de esta tirana. Ahora entiendo la etimología de tu apellido: Sinde viene de SinDe-recho, de SinDe-mocracia y de SinDe-cencia.

Ahora alguien dirá: este tío es un machista empedernido. Pues no. Es cierto que, por pura casualidad, estas tres buenas piezas que encabezan mi ranking de los despropósitos del Gobierno son mujeres, pero a ellas les siguen muy de cerca personajes como el Moratinos o el  mismísimo Pepiño Blanco E-Colli.  Y, para que conste, a mi juicio, dos personas que se salvan de la hoguera, curiosamente también las dos mujeres: Mª Teresa Fernández de la Vega, honesta y trabajadora infatigable que ha lidiado con suma maestría los marrones que le ha pasado su jefe Zapatiesto, y Carmen Chacón, para mí, la que debería ser el próximo/a Presidente/a del Gobierno/a (joder, ¡qué difícil se está poniendo esto/a con las gilipolleces de la Pajín/a!).
Pue sí, Zapatiesto. En las autonómicas y municipales ya la has cagado. Ahora, te auguro una aún mayor debacle en las Generales. ¿Qué no? El tiempo lo dirá.

jueves, 12 de mayo de 2011

¿PARA QUÉ VALE EL SENADO?

 
¿Para qué vale el Senado? ¿Por qué tenemos que mantener a 260 Senadores? Noruega, Suecia y Dinamarca no tienen Senado, Alemania solo 100 senadores, Y EE.UU. un senador por cada estado.

EL SENADO ES UNA CÁMARA ABSOLUTAMENTE INNECESARIA, TOTALMENTE PRESCINDIBLE Y QUE ESTÁ EN EXTINCIÓN. ENTONCES ¿POR QUÉ TENEMOS QUE MANTENER A 260 SENADORES? ELIMINEMOS EL SENADO, Y AHORRAREMOS CIENTOS DE MILLONES DE EUROS CADA AÑO, ASÍ COMO SUS CORRESPONDIENTES PENSIÓNES VITALICIAS.

De paso, ELIMINEMOS A TODOS LOS DIPLOMATICOS excepto un embajador y un cónsul en cada país. No es posible que gastemos en esto más que Alemania y el Reino Unido.

Y de postre, rebajemos un 30% las partidas 4, 6 y 7 de los Presupuestos Generales del Estado (transferencias a sindicatos, partidos políticos, fundaciones opacas y varios). Se ahorrarían en total más de 45.000 millones de Euros y no haría falta tocar las pensiones ni los sueldos de los funcionarios, como tampoco haría falta recortar 6.000 millones de Euros en inversión pública.

CON LA MITAD DEL DINERO QUE EL ESTADO SE AHORRARÍA CON ESTAS MEDIDAS, SE ACABARÍA LA CRISIS EN ESPAÑA. PARA DECIR NO AL SENADO, DEJA EN BLANCO LAS PAPELETAS DEL SENADO EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES. EL PAIS NO ESTÁ PARA MANTENER A TANTO SEÑORITINGO MIENTRAS MILES DE FAMILIAS SE MUEREN DE HAMBRE.

domingo, 8 de mayo de 2011

CURSO DE IDIOMAS


No cabe duda de que el lenguaje de signos es el más universal de todos. Fijaos como, sin tener la más mínima idea del idioma turco, esta chica es capaz de comunicarle al tendero que la prenda que le ofrece es pequeña. 
¡Y cómo este lo entiende a la primera!





TERAPIA DE GRUPO

Con esto de la crisis, las terapias están a la orden del día. En una de estas sesiones, en la que participaban cuatro pacientes, el terapeuta les pide que se presenten, que digan cuál es su actividad y comenten por qué se dedican a ella.
 
  El primero dice:
- Me llamo Paco, y soy médico porque me gusta que la gente esté sana. 
 
 El segundo dice:
- Me llamo Angel, y soy arquitecto porque me gusta que la gente viva en casas bonitas. 
 
  La tercera dice:
- Me llamo Maria y soy lesbiana porque me gustan las tetas y las nalgas de las mujeres, y me enloquece tener sexo con ellas. 
 
  El cuarto, que era  lepero, dice:
- Soy Manolo y hasta hace un momento estaba convencido de que era albañil..., pero acabo de descubrir que soy lesbiana. 


EL PELLEJO DE LA GAMBA


Estaba yo en el Colegio atendiendo a mis cositas cuando recibo una llamada de un posible pero poco probable cliente, solicitándome información previa en relación a un posible pero poco probable trabajo que me va a encargar después de que yo le facilite la correspondiente información y asesoramiento técnico gratuito, por el que no percibiría ni unos posibles ni aun menos probables honorarios.
A pesar de ello, me cito con el posible pero poco probable cliente en el Pepe Jerez –o Mundial, como se llama ahora-, pero decido bajar antes y tomar una cerveza, dado que la hora y el calorcito que reinaba ya en el ambiente así lo aconsejaban. Toda la barra del Pepe Jerez estaba ocupada por otras personas que posiblemente también hubieran quedado con algún posible pero poco probable cliente –esto pasa mucho últimamente-, quedando tan sólo un pequeño huequecito, en el que me cuelo yo.
Me pido una cervecita bien fría y uno de los camareros, raudo y veloz, me sirve mi cervecita.... y media docenita de gambas. Debía ser el día mundial de la gamba o algo así, porque miro a mi alrededor y observo que allí todo dios tenía delante una cervecita y media docena de gambas, mientras se peleaban con alguna de ellas, intentando despellejarla. Y digo despellejarla porque estas gambas no tenían cáscara, sino pellejo. Y pegadito pegadito a la carne. Vamos, lo más parecido a una alemana bajo el sol de agosto marbellí, oiga. Pero es que además, como buena gamba descongelada, lo último que mantiene congelada es la cabeza, y ya se sabe que estos bichitos son todo cabeza –en esto se diferencian de sus primas, las alemanas que se tuestan bajo el sol marbellí: estas son todo tetas-, por lo cual retienen entre su cabezota y su body una bolsita de agua que, mezclada con sus vitalo-cefálicos líquidos, es expulsada con la debida presión y allá donde más jode cuando, como a Maria Antonieta, se le separa la cabeza del cuerpo.
Taytantos clientes despellejando gambas y apuntando con ellas al interior de la barra, o sea, taytantos tíos disparando fluidos vitalo-cefálicos sobre los sufridos camareros, a los que ya no les cabía más mierda encima. Pero lo curioso es que debía gustarles, porque a cada nuevo cliente que entraba le obsequiaban con más munición: la susodicha mediadocenita de gambas...
Yo, como soy un tío educao y estudiao, entiendo que no es de recibo contribuir al chorreo de los sufridos camareros, que ya tienen bastante con los taytantos francotiradores que les asedian con tan apestosa munición, así es que decido comenzar al despellejamiento de mis gambas colocándolas en posición vertical, de forma que nadie resulte perjudicado por tan aconsejable como imprescindible operación. Por mi condición de estudiao, rápidamente me percato que para comerme una de estas gambas que celebran su día mundial es necesario conseguir dos logros previos: el primero, arrancarles la cabeza. Ni parriba. Ni pabajo, ni a la izquierda ni a la derecha, ni palante ni patrás, un dos tres. No hay güevos de quitarles la cabeza. Si Maria Antonieta hubiera sido una de estas gambas, todavía podría peinarse.
Por esa misma condición de estudiao, descubro la forma de decapitar a este marisco mariscón: empuñar el cuerpo de la quisquilla con la mano izquierda y retorcerle la cabeza con la derecha hasta quedarse con ella en la mano, momento en el que se produce una violenta expulsión de líquido vitalocéfaloraquídeo que, en condiciones normales, tiende a impactar contra el camarero más cercano al bicho, pero que en esta ocasión, por mor de la educación que me confiere mi condición de estudiao, eyectó en posición vertical dado que tal era la pose que en los instantes previos yo le había proporcionado al puñetero bichito. De esta manera, los effluvium partieron en rumbo ascendente, con el correspondiente mosqueo por mi parte dado mi convencimiento de que todo lo que sube baja, y estos effluvium no bajaron... o lo hicieron sobre mi cabeza. La segunda complicada y ardua tarea fue la de despellejar al bichito, sobre todo porque tuve que hacerlo a base de pellizcos, ya que tengo la mala costumbre de comerme las uñas hasta ras de los nudillos. Este verano pienso probar con una alemana, y seguro que la despellejo antes que a la puta gamba. No fui capaz de despellejarla, pero se jodió, porque me la comí con pellejo.
Tras la experiencia con la primera gamba, tocaba la segunda. Ya se sabe que, como pasa con todo, la primera vez es siempre un desastre. Y como de todo se aprende, en esta ocasión coloqué la gamba con una inclinación de unos 15 grados con respecto a la vertical, para evitar “escupir hacia el cielo”, que suele tener efectos no deseados. Arranco la cabeza con la técnica ya descrita y la venganza de la gamba se materializó en esta ocasión en forma de escupitajo en mi propia cara. Hasta aquí hemos llegado. Observo a mi alrededor y veo que todos los clientes colocan las gambas mirando a Portugal y a unos 15 grados de inclinación respecto de la horizontal, impactando en todos los casos, con un 100% de efectividad, sobre los camareros del interior de la barra. Esto es precisión, y no la mía; esto es sentido común, y no el mío; esto es ser inteligente, seas estudiao o no. Así es que, a partir de ahora, a seguir el sabio refranero español: allá donde fueres, haz lo que vieres. De forma que, para las cuatro gambas restantes, 15 grados sobre la horizontal, dirección Portugal y rumbo camarero, porque, como dice mi amigo Rafa, para que llore mi madre que llore la tuya. Como dicen los encargaos de obras, la ventaja de los estudiaos es que aprendemos muy pronto. Los proyectiles de las cuatro gambas restantes impactaron en sendos camareros con la misma precisión que los americanos impactaron sus aviones y misiles contra las torres gemelas y el pentágono. ¿Qué no? Preguntádselo a las gambas.
Tras la ingestión de la mediadocenita de gambas –pellejos incluidos-, lo que procedía era un traguito de cerveza, misión que resultó imposible dada la pringue que tenía en ambas manos tras la tremenda batalla mantenida a dos manos con las puñeteras gambas. Al rodear el vaso con los dedos de una mano y tirar hacia arriba de ella, la mano subía, pero el vaso se quedaba en su sitio, impasible, pegado a la barra. Era el momento de retirar los restos de la batalla librada con las puñeteras y pellejas gambas, así es que, a tirar de servilletas.
Y ¡voilá!  Ahora nos enfrentamos a un nuevo reto: al coger la primera servilleta, esta desaparece, se desintegra literalmente en la mano. Casi lo mismo pasa con la segunda y la tercera. Pero con la cuarta, todo cambia. Ahora te das cuenta de que las servilletas de los bares ¡son impermeables! A algún gilipollas se le ha ocurrido satinar las servilletas, de forma que en lugar de absorber los líquidos, lo que hacen es repartirlos.
Comienzo por limpiarme la boca y la cara, previamente chorreada por la HP 2ª gamba, pero lo que hago es repartirme los effluvium desde la frente hasta la barbilla y desde una oreja hasta la otra. Si, ya sé que es una guarrería, pero es la única manera. En cuanto a las manos, las maravillosas servilletas impermeables me obligan a remangarme los puños de la camisa y extender el marisconéctar desde la punta de los dedos hasta los mismísimos codos. Y todo ello habiendo utilizado tan solo cincuenta maravillosas servilletas con menos capacidad de absorción que una compresa de plexi-glass.
A todo esto, son las 15,30h y el posible pero poco probable cliente no aparece. Tampoco me importa. Ahora lo único que me importa es qué le voy a decir a mi santa esposa cuando llegue a casa y, con cara incrédula, expedita y fustigante, me pregunte ¿A qué hueles? ¿De dónde vienes? ¿Con quién has estado? ¿Qué has estado haciendo?
Pues qué va a ser, mi amor: tirándome a la vaca.