Alas anunnakis

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lunes, 7 de septiembre de 2015

SIRIA: EL NUEVO CAPITULO DE LA HISTORIA INTERMINABLE




Entre dos aguas. 
Así me encuentro ante el movimiento migratorio de refugiados sirios en lo que es ya la mayor crisis humanitaria conocida tras la segunda guerra mundial.   
Por una parte, me conmueve y me hace sentir orgulloso de pertenecer a la raza humana el observar que los turcos han acogido ya a un centenar de miles de ellos, y que los alemanes, siendo herederos de quienes son, les han abierto sus puertas y acuden a los aeropuertos a aplaudirlos a su llegada; o cómo yendo incluso más lejos, los austríacos, compatriotas del gran genocida, acuden directamente a recogerlos, en sus propios vehículos, para llevarlos y acogerlos en sus casas. Por su parte, el Papa Francisco no ha perdido pié ni pisada y ha ordenado a todas las diócesis católicas que hagan lo necesario para que en cada parroquia se acoja al menos a una familia de refugiados, por lo que no puedo menos que descubrirme ante él.

En este sentido, y escuchando sólo a mi corazón, me uno de forma decidida e incondicional a todas y cada una de estas iniciativas y a cuantas similares a ellas se puedan producir. Y ello a pesar de las dudas que apuntan directamente a esa conciencia que me sentencia su SÍ incondicional: ¿Podremos permitirnos algunos países europeos, que a duras penas estamos consiguiendo sacar la cabeza del agua para tomar un hálito de aire, acoger a decenas de miles de indigentes, proporcionándoles una mínima calidad de vida que apenas tenemos nosotros? ¿Podrá con esta nueva carga la ya exhausta sanidad pública? ¿se le podrá seguir exigiendo copagos sanitarios a los contribuyentes españoles al tiempo que se eliminan para los refugiados islámicos? ¿Se les proporcionarán las pensiones asistenciales que se les han negado a ellos? ¿Se podrá escolarizar a los miles de niños que les acompañan?  Y, si todo esto llegara a resolverse para las 15.000 almas que nos tocan en el reparto, ¿podremos acoger entre todos los europeos a los más de 23 millones de sirios que desean salir de su país? Y, una vez afincados en los países europeos de acogida, ¿Querrán volver a sus países de origen una vez finalizado el conflicto que los hizo abandonarlo, o se quedarán sine die en sus países de acogida, haciendo que el problema se perpetúe en el tiempo?.  Y, como dificultad añadida, los más que conocidos problemas que plantea la integración social de personas que practican una religión de tintes extremos que penetra e invade hasta el último rincón de sus cerebros.
No obstante, querer es poder. Y se podrá, porque ciertamente, se quiere.

Pero como en aquellos vinilos de antaño, aquí también existe una “cara B”: 

¿Tenemos garantías de que acogeremos y abriremos nuestros brazos a exiliados por causas políticas o económicas, o por el contrario vendrán infiltrados entre ellos miles de activistas o yihadistas, lobos con piel de cordero que, aprovechando las aperturas de puertas, se instalarán entre nosotros para dar apoyo logístico – y quién sabe si algo más- a los radicales que desean a toda costa universalizar el islamismo y “recuperar los territorios perdidos”? La imagen del caballo de Troya planea continuamente sobre mi cabeza cada vez que pienso en semejante posibilidad, que se me antoja nada descabellada y tan terrible como posible.

Y es que, ábate más – como diría mi suegro-, soltando las alas de mis siempre presentes sospechas conspiranóicas, me pregunto: ¿Cómo se ha iniciado todo esto? ¿Por qué no han intervenido ya en Siria los sheriffs de la humanidad, los de las barras y estrellas, como han hecho por mucho menos en otras ocasiones? ¿No podría ocurrir – como todo parece apuntar- que el inicio del conflicto sirio haya sido deliberadamente provocado, a modo de primavera árabe, por parte de mercenarios bien pagados con petrodólares? ¿No se tratará de una nueva chapuza/estrategia del Tio Sam y sus mariachis, consistente en propiciar la evacuación de civiles sirios antes de intervenir militarmente ese país – incluso con armas de destrucción masiva, si ello fuera necesario- , evitando así las críticas que mundialmente se han producido en contra de la matanza de inocentes civiles anteriormente perpetradas por el pistolero Bush, JR.?  ¿Tendrá algo que ver el apoyo que Irán ha dado a Siria y a su presidente Bashar al-Assad? ¿O que Las grandes petroleras que operaban en el país, antes de las sanciones, eran Royal Dutch, Shell y Total? ¿o quizás que el paso al mar mediterráneo de los objetivos a batir, el ya denostado Irak y sobre todo, el amenazante Irán, se produce a través de Siria y que la bahía de Iskenderun, en Turquía a unas pocas millas de la frontera con Siria, es una importante ruta de exportación para el crudo de Irak y Azerbaiyán?.  ¿Y será casualidad que Reino Unido y Francia acaben de pronunciarse respecto de la necesidad de iniciar un ataque militar contra Siria, que potenciaría los esfuerzos de occidente por presionar a Teherán sobre su programa nuclear, ya que las sanciones comerciales que recortan sus exportaciones de petróleo a la mitad en los últimos dos años no están dando los resultados esperados? (el embargo no ha conseguido evitar que Iran aún abastezca a los mercados asiáticos y a Turquía con cerca de un millón de barriles por día….)

La excusa del terrorismo islámico para invadir países está muy sobada y ya no cuela. ¿Solución?  Actuar esta vez sobre la conciencia global de occidente, golpeándola mediante el fomento de una crisis humanitaria que afecte principalmente a mujeres y niños y removiéndola de forma que se cree un problema de acogida cuya solución precise del final de la guerra interna siria a partir, como no podía ser de otra manera, de una intervención militar que proporcione el control del país, y de paso, de su crudo y de la salida al mediterráneo de las exportaciones de Irak, y sobre todo, de Irán, quien de una u otra forma viene consiguiendo sobrevivir a las sanciones impuestas por occidente.  Todo el conflicto en Siria y la crisis de los refugiados que de él se deriva no es una casualidad, sino un episodio más de la historia interminable, de la mano del NWO cuyo dedo índice apunta en esta ocasión hacia la vieja Asiria. 

La solución no consiste tanto en acoger a los refugiados como en parar la guerra interna que quienes todos sabemos han provocado y posibilitar que los sirios vivan en Siria, en sus casas y con su gente. Muerto el perro, se acabó la rabia, pero la rabia interesa a EEUU y sus aliados para potenciar y acelerar la eficacia su paquete de intereses en su ofensiva contra quien más se le resiste en oriente medio, Irán.   
Los dueños del mundo, los poderosos que se ocultan entre bambalinas, se aburren en su Monte Olimpo. Y ya se sabe que cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo, así es que como sus antecesores, los primigenios dioses olímpicos, se retan y juegan entre sí enfrentando países, intereses y personas como si de piezas de ajedrez se tratase, con el convencimiento de que, pase lo que pase, siempre serán ellos los que ganen.

domingo, 3 de mayo de 2015

CON ZAPATOS NUEVOS



Hasta el gorro estoy de oír la mariana cantinela cuyo estribillo espeta que “somos el motor de Europa, los que más crecemos, la envidia de los alemanes…”, primero porque este supuesto crecimiento –cual algunos tampones- no se nota nada, nada, nada; segundo porque, aunque así fuera, está por ver que eso sea bueno; y tercero, porque eso es, simple y llanamente, mentira, una mentira más de la “administración Recio”, digooo….. Rajoy.
Ya tuvimos malas experiencias en esto cuando el funesto expresidente Aznar se empeñó en que creciésemos más que nadie, (aunque él, como diría Julio Iglesias, “se olvidó de crecer”), y vive dios que hubo cosas que crecieron, sobre todo las cuentas corrientes de sus amigos, los Bárcenas, Blesa, Camps, Correa, Crespo, Bigotes, Costa, Díaz Ferran, Oliva, Balín, Sepúlveda&Mato,…, sin olvidar a los 11 de sus 14 ministros (Federico Trillo, Miguel AriasCañete, Ana de Palacio, Pilar del Castillo, Ángel Acebes, Jaume Matas, Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato, Javier Arenas y Cristóbal Montoro), todos ellos ejemplos vivos de su “milagro económico”, que actualmente duermen en prisión, están imputados o están siendo investigados por cobro de sobresueldos.
Se les llena la boca hasta atragantarse a los señoritos del “gobierno” con el polvorón del crecimiento -  un 2% en 2014, dicen -, supuestamente la tasa más alta del espacio europeo. Pero ya sabemos que de mentir saben un rato largo, así es que veamos los datos reales:

En primer lugar, hay que decir que eso del 2% es, simple y llanamente, mentira, ya que a ese 2% se le debe restar la inflación (el 1,1% en 2014), con lo cual en el mejor de los casos, el crecimiento real será de apenas un 0,9%, que ya no es lo mismo. Y si además tenemos en cuenta que estos datos que Rajoy nos presenta en patena de oro están inflados con motivo del cambio metodológico introducido por Bruselas en Septiembre de 2014, que viene a suponer un incremento de un 1,55% por el reconocimiento como inversión de la I+D y del gasto militar, mas otro del 0,87% al incluirse las actividades ilegales, -como irse de putas, oiga- pues resulta que realmente el incremento es negativo, y ello en mayor grado si se compara con el de años anteriores, en los que no se incluían estos sutiles conceptos, ahora introducidos por la UE para maquillar los datos resultantes de su funesta política de recortes.
Pero es que, aunque fuera del 2% -que no lo es-, tampoco seríamos “los que más crecemos de Europa”, ya que los datos desmienten al caballero de la triste figura. Asina, según Eurostat – fuente digna de crédito donde las haya-, por encima de nosotros crecen Malta, Luxemburgo, Irlanda, Eslovenia, Estonia, Eslovaquia, Lituania, Hungría, Polonia y Rumanía, que no son precisamente países ricos ni un modelo a seguir.  Y yo me pregunto: ¿de qué presumimos entonces? ¿Es que nos gustaría estar como alguno de estos países? 

¿De qué nos vale crecer tanto, mientras seguimos malviviendo en un país en el que no se crea empleo o en el que el poco que se crea es de tan mínima calidad que se sigue siendo pobre aun después de encontrar trabajo, en el que se pretende camuflar su insoportable nivel de paro sacando de cada antiguo empleo de 8 horas 4 trabajadores a dos horas diarias, que tendrán que acudir a Cáritas – mientras dure - para poder comer, en el que 1.800.000 hogares tienen a todos sus miembros en paro mientras se continúa destruyendo empleo, en el que la seguridad Social va a la quiebra y la inversión pública brilla por su ausencia, en el que los servicios y derechos son tijereteados un día tras otro, en el que nuestro jóvenes licenciados han de exilarse al extranjero para servir copas en cualquier tugurio mientras tanto y tanto político inútil se forra metiendo la mano en el saco nacional llevándoselo calentito hasta el saco suizo (20.000 millones de euros han llevado hasta allí algunos hijos de la madre patria), un país en el que se coloca a la universidad fuera del alcance de las clases más desfavorecidas – entre las que se incluye, hoy por hoy, la antes pujante clase media – para dejarla solo al alcance de las élites económicas, y con una ley mordaza en la boca para no poder protestar por ello, un país en el que se mete la mano en el bolsillo de nuestros abuelos y nuestros dependientes, en el que hoy se promociona la energía solar como recurso energético y mañana se prohibitiza el sol, a golpe de impuestos, para beneficio y solaz de esas eléctricas de las que, sí o sí, mañana serán ejecutivos o consejeros, un país en definitiva sin proyecto ni modelo económico? ¿De qué puñetas nos vale entonces este crecimiento del que tanto nos cacarean? De nada.  

Definitivamente, el incremento del PIB no es el mejor indicador económico para medir la prosperidad de un país, Y si no, que se lo pregunten a los chinos, que crecen nada menos que a un 10% pero viven en la miseria. Y es que, además de lo anteriormente dicho, el PIB no tiene en cuenta el nivel de deuda, que en nuestro país es absolutamente escandaloso, por lo que sería mucho más ventajoso rebajar esta deuda aun cuando el crecimiento fuese mucho menor. Y, por si ello fuera poco, el PIB adolece de  otra circunstancia que le invalida aun más como medidor económico, y es el hecho de que este indicador solo adiciona productos y servicios, pero nunca los resta, de forma que si realizamos un aeropuerto como el de Castellón, sin clientes, trabajadores ni aviones, aumenta el PIB, con independencia de que se use o no. Y si destruimos un edificio, tal como el Windsor” tras su enigmático incendio, y luego lo reconstruimos, computará la suma, pero no la resta… y si hacemos cinco veces esta misma operación, sumaremos cinco veces lo mismo, aunque tengamos un solo edificio, que por otra parte, ya existía antes de derruirlo por primera vez.   Visto así, debemos agradecerle a Rato y sus secuaces el uso intensivo que han hecho de las tarjetas black en esos locales de actividad ilegal llamados putiferíos, gastillos que, como los aeropuertos o los edificios en llamas, “suman pero no restan” : les suman gustirrinín, pero no les restan caudales, ya que estos los pagan Caja Madrid y Bankia, oséase, toditos nosotros.
Conseguir un crecimiento financiándolo mediante endeudamiento, que es lo que están haciendo los señoritos del Gobierno una vez conseguida la bajada de la prima de riesgo - que ha bajado para todos los países europeos sin necesidad de sufrir a un mariano, ya que es un mérito de Draghi, y no de aquél- es sencillamente un tremendo error, ya que lo suyo es financiarlo internamente, aun cuando se consiga un menor crecimiento, pero…. algún dato positivo había que dar ante la proximidad de las elecciones. Pues aquí va este, el crecimiento del PIB de una sociedad en precario, que no sirve para nada, pero viste mucho.

Y ahora, para comprobar hacia donde nos dirigimos con nuestro maravilloso crecimiento  (recordemos a aquellos enorrrmes PIB de la era Aznar, cuando todo el monte era orégano, que generaron la burbuja inmobiliaria, y con su explosión, el inicio de la crisis), echemos un vistazo a la lista de los 10 países del mundo que más han crecido en los últimos 10 años:

10º.- Mozambique (7,3% anual acumulado)
9º.- India (7,4% anual)
8º.- Ruanda (7,7% anual)
7º.- Uzbekistán (7,7% anual)
6º.- Camboya (7,9% anual)
5º.- Chad (8,5% anual)
4º.- Birmania (9% anual)
3º.- Etiopía (9,5% anual)
2º.- China (10,2% anual)
1º.- Angola (10,3% anual)

Está claro que cuanto más bajo se está, más fácil es crecer, y nosotros estamos muy muy abajo, casi tanto como los superpaíses de la lista anterior, la de los altos crecimientos e inmensa deuda pública. Pudiera ser que pronto apareciera Españistan en este maravilloso ranking, pero viendo quienes serán nuestros compañeros, ¿alguien además del Gobierno cree que esto será bueno para nosotros?.

Yo, que sin ser ejemplar soy un hombre de ejemplos, voy a tirar de este recurso de tontos con el que los tontos del gobierno quieren hacernos pasar por tontos a nosotros: Imaginemos que nuestro mariano presidente fuera un indigente – por ejemplo, uno de tantos desahuciados hipotecarios de estos que la Botella y la Espe quieren eliminar por ser un obstáculo para la limpieza de las calles de Madrid – que anduviera mendigando “una limosnita, por caridad” cuando observa cómo aparca a su vera un impresionante Rolls negro, del que se apea la Merkel portando un par de zapatos usados en las manos.  La Merkel se acerca a él y le dice: “Marianico, como te has portado bien y has hecho todo cuanto te he dicho, te voy a hacer un favor : ponte estos zapatos que te entrego, que aunque usados están mucho mejor que los que llevas puestos, y cuenta a todos esta buena nueva”. La Merkel se da la vuelta y, caminando sobre sus manolos de a 1000 eypos la pareja, se introduce en su flamante Rolls y ordena a su chófer que continúe su camino. Cualquier persona “normal” que estuviera en el lugar del mendigo, aun ligeramente aliviado, maldeciría su vida y su perra suerte, pero la moraleja de nuestros dirigentes, la que nos quieren imponer “en vena”, sería otra  bien distinta : Somos los mejores. La Merkel continúa con los mismos zapatos en tanto que los de él Rajoy han mejorado… Y, por extensión, ¡qué gran avance hemos obtenido los españolitos con nuestros zapatos nuevos, que gran crecimiento de nuestro nivel de vida hemos alcanzado… y ¡cuánta envidia deben de tenernos los pobres alemanes, que en lugar de crecer permanecen estancados en sus mismos zapatos!

Vaaaaale, Rajoy, para tí la perra gorda :  España, va bien, mú bien, y gracias a tí y a tus mariachis, pronto seremos como los chinos, y creceremos a un 10%.  Ah!, y trabajaremos 16 horas al día por 200 euros al mes – sábados, domingos y fiestas de guardar incluidas-, viviremos 8 personas hacinadas en pisos de 30 m2, comeremos "latas" (y otlos animalitos de cuatlo patas de los que andan sueltos pol las calles), encabezaremos el ranking del índice de suicidios y arrojaremos a los contenedores a las niñas recién nacidas, que consumen mucho y producen poco.
Zài jiàn.



sábado, 14 de marzo de 2015

LA METAMORFOSIS



Aunque yo aún no lo haya visto , y menos en mi entorno más cercano, parece ser que pudiera –y puede- que algo esté cambiando, que esté bajando la prima de riesgo, los impuestos y el paro, e incluso que esté subiendo la inversión extranjera, las cotizaciones a la Seguridad Social o las esperanzas en un futuro mejor. Puede que esté amaneciendo y que estemos despertando de una horrible pesadilla…. Puede….., pero ya lo dijo Frank Kafka: el despertar es el momento más arriesgado del día.  Y puede  que, cuando despertemos, observemos con pavor que ya nada es igual, que el escenario que se abre ante nuestros ojos al salir de este capullo llamado crisis es terroríficamente distinto al que dejamos atrás cuando nos metieron en él, que cual desdichado Gregor Samsa nos hayamos metido en la cama/capullo/crisis siendo personas y salgamos de ella convertidos en gigantes cucarachas, en seres inferiores, en parias de una sociedad a la que mientras intentaba abandonar el capullo,  se le ha amputado vilmente uno de sus órganos más preciados, aquél necesario apéndice que antaño se llamaba “clase media”.  Y con ella, la capacidad de ser independiente, de pensar sin que piensen por ti, de decidir sin que lo hagan por ti, de ser tú y no aquél quien quieren que seas.

A la salida de este capullo, cual paso por “agujero de gusano”, nos habremos retrotraído casi 100 años atrás, a los tiempos de Azarías, el de la “milana bonita”, aquellos en los que convivían dos únicas castas, la más numerosa integrada por individuos cuyos nombre eran del tipo “Paco, el bajo, pa serví a Dios y a usté”, y la otra por prohombres cuyos nombres siempre empezaban por “don”, precisamente la casta de los dioses a los que servía “Paco, el bajo”, y los que eran como él. Habremos vuelto a los tiempos de la posguerra en los que los hombres y las mujeres de un inmundo país llamado España habían de renunciar a su dignidad, a sus más básicos derechos humanos y hasta a su propia humanidad a cambio de un plato de garbanzos que llevar a sus míseras y hambrientas bocas. Y, lo que era aún más cruel, a la de sus hijos.


Esto es, amigos del desGobierno de Españistán, lo que habéis conseguido para los confiados e ingenuos españolitos siguiendo los mandatos y designios de los superpoderosos ocultos, los dueños del mundo, los de un puñado de serpientes –reptiles, a la postre- que a pesar de no aparecer en la lista Forbes, pueden limpiarse el culo con ella y con el dinero de todos los que en ella aparecen.  Si hace unos pocos años ser mileurista era objeto de mofa y befa, hoy es la meta de cualquier universitario y el sueño de quien no lo es. Nuestros jóvenes, los que están intentando incorporarse al mercado de trabajo, se están acostumbrando a que cobrar 600 euros -tras una inversión de más de 20 años de estudio y una dedicación de 8 o más horas diarias-, es lo normal, lo esperable y lo perseguible. Habéis conseguido que un universitario/a entienda como normal cobrar la mitad –o la tercera o cuarta parte- de lo que percibiría hace unos pocos años, asumiendo además que trabajar es un lujo, que hacerlo los dos miembros de una pareja es una quimera y que, aun teniendo trabajo, no conseguirán abandonar su condición de pobres. A modo de dioses del Olimpo, los poderosos se divierten jugando con los humanos, esta vez, "a la cuatrola", porque esta crisis -absolutamente artifical, impunemente urdida  y magistralmente ejecutada- no tenía más fin que la de poner a mucha gente "en su sitio", esto es, despojarlas de cualquier atisbo de poder, arrastrando en oros -o en bastos-, creando una crisis capaz de neutralizar toda una clase media. Con ella, el rico pierde parte de su oro, pero continúa siendo rico. El que no lo es tanto, lo pierde todo y queda en nada. Son, digamos, daños colaterales: sacrificar un peón propio para eliminar una reina al enemigo.


Sí, podéis estar felices y sonrientes, jactaros de vuestros logros, vanagloriaros de haber borrado del mapa a toda la clase media de este país, ese grupo pujante y cada vez más numeroso de personas cultas - médicos, arquitectos, abogados, licenciados, profesores, científicos, escritores, filósofos y pensadores - que, dotada conocimientos y preparación, de medios de comunicación a su alcance, de una desahogada situación económica y una más que considerable capacidad gregaria, representaba una amenaza para vosotros, el poder establecido, asfixiándolos económicamente y enviándolos al limbo de los pobres…..  Porque un pueblo pobre está abocado a ser un pueblo inculto –que de eso ya se encarga Wert-, y un pueblo pobre e inculto es un pueblo manejable, manipulable, vendido. Un pueblo que no tiene resueltas sus más básicas y elementales necesidades es un pueblo de personas que, cual Gregor Samsa, despertarán cada día convertidos en insectos, como la más mínima expresión de la persona que, despojada de cualquier rastro de dignidad, esa que concede el hecho de ser económicamente independiente y suficiente, mendigará un día más para, caída la noche, volver a introducirse en sus capullos con una única preocupación: la de que mañana sea…… otro día más.