Y vuelta la burra al trigo… que volvemos
con la odisea real.
Como ya esperaba, mi defensa de
la figura del rey ha merecido variadas opiniones, mayormente en contra, como
por otra parte, era de esperar en unos tiempos en los que todos andamos
cabreados, quizás por la situación a la que nos ha llevado una oleada de
capitalismo consumista exacerbado, aderezado con un gobierno prepotente, inconsciente
e incapaz, quizás por las oscuras maniobras de los señores del mundo, por el
envenenamiento progresivo y masivo del agua y del aire o por el cambio de
vibración de la madre tierra con motivo del regreso de la serpiente emplumada.
Lo cierto, es que una ola de pesimismo
nos envuelve, nos atrapa y nos devora. Y, en estas condiciones, no vemos ni los
olivos.
Y si no vemos ni los olivos, con
menos probabilidad veremos lo que no está a la vista, lo que tan sólo se vive,
se siente o se padece. Y muchos de vosotros, mis queridos feligreses, los que
aún no pintáis canas, no habéis vivido, sentido ni padecido lo que otros como
yo, más agraviado por el inexorable paso del tiempo.
Algunos de los comentarios a mi “entrada
real” provienen de Virgilio, a quien no tengo el gusto de conocer pero a quien
a pesar de ello le dedico unas sabias palabras de Voltaire:
“Disiento con lo que dices, estoy en total desacuerdo con ello, pero
defendería con mi vida tu derecho a decirlo”.
Y, ¿sabes qué, mi querido y desconocido
amigo?. Que si tú hoy puedes
pronunciarte libre y públicamente en el sentido que te dé la gana, y si yo
puedo escribir lo que estoy escribiendo, es porque en este país reina –y nunca
mejor dicho- algo que tiene un valor que tú, seguramente porque nunca te ha
faltado, no valoras en su justa medida: libertad
y democracia. Libertad para poder tener
tus propias opiniones y democracia para poder expresarlas, defenderlas y
desarrollarlas.
Dice mi crítico amigo Virgilio –no
el de la Eneida, sino el del “feisbu”- que no ha encontrado en mi alegato a
favor del rey nada que justifique el mantenimiento de la familia real en España….,
como tampoco mi amigo encontrará peces si los busca en el cajón de los
calcetines. Más que nada, amigo Virgilio, porque en ningún momento he tratado
de justificar tal extremo. No obstante ello, no te has chocado con los olivos
de milagro, porque vive Dios que estaban delante de tus narices y no los has
visto.
Fíjate tú, amigo Virgilio, que
tan sólo por tu comentario –y sin conocerte de nada y sin intención alguna de
ofender – ya creo que, seguramente, el 23 de Febrero de 1.981 no eras más que el habitante de un
huevo, sin que me atreva a decir de cuál de los dos. Si no eres capaz de valorar las maravillas de
las que disfrutas es porque nunca te has visto privadas de ellas, y que, como
decía Rabindranat Tagore, si no te sientes enjaulado es porque no has volado lo
suficiente como para chocarte con los barrotes.
Tú, mi cibernético amigo, no te
estremeciste ante el ruido de los sables aquél 23F, porque en caso contrario no
podrías decir lo que dices, ni minusvalorar lo que tienes. Tú no has sufrido la
privación de libertades, de opinión, de crítica, de asociación, de decisión ni
de conciencia impuestas por el régimen franquista. Tú no sabes lo que es sentir
terror, con tan sólo unos pocos años, por el mero hecho de que se acercase un “agente
del orden público”. Tú seguramente no te has sentido públicamente humillado por
el cura del pueblo ni has sufrido maltrato psíquico -y sobre todo físico- en la
escuela por no saberte la lección; tu
profesor no te ha hecho sangrar las yemas de los dedos con una regla de madera ni te ha
humillado poniéndote contra la pared con brazos extendidos, varios libros en
las palmas de las manos y un hermosa corona con orejas de burro en mitad de
toda la clase, para mofa y befa de propios y extraños. A ti no ha mandado a casa un municipal con dos
hostias de regalo por haber dado una patada a un balón en la calle, ni se te han
presentado los municipales en el guateque del día de nochevieja, te han inflado
a hostias, te han denunciado y te han mandado para casa a las 12 de la noche
por haberos reunido más de 17 quinceañeros sin autorización previa de la
autoridad militar competente (autorización que obviamente, nunca te hubieran
dado. Sí te habrían dado, en cambio, otro par de hostias por tan sólo pedirla).
A ti, amigo Virgilio, no te han molido a palos –literalmente- los grises (así
denominada la antigua división antidisturbios de la Policía Nacional, generalmente a caballo, por
el color de sus uniformes) tan sólo por manifestarte pacíficamente por
cualquier gilipollez, entre otras cosas, porque estaba prohibido manifestarte,
como tampoco te han militarizado y obligado a perder dos años de tu preciosa
juventud haciendo un estúpido, ridículo humillante e inservible “servicio
militar”. Ni has visto juicios sumarios, en los que no tienes derecho a la defensa y estás ya condenado antes de empezar. Y, sobre todo, tú no has visto como asesinan a tus seres queridos por tan sólo diferir con la opinión oficial, e incluso tan sólo porque alguien ha dicho que lo haces sin que ello sea cierto. ?Y aún te planteas que para qué vale el rey? Pues, entre otras cosas, para que nunca tengas que pasar por lo que pasaron tus antepasados. Y los míos.
Tú, como yo, amigo Virgilio,
tiramos a la basura el trozo de pan que nos sobra de la cena, y ello porque ni
tú ni yo valoramos ese pedazo de pan en su justa medida. En los años cuarenta,
que ni tú ni yo vivimos, hubiéramos matado por ese trozo de pan, aunque se encontrase en la basura desde diez días
antes.
Y, ¿sabes qué, amigo Virgilio?
Que varios millones de españolitos, que aquél 23 de Febrero éramos inmensamente
felices tan sólo por poder vivir en paz y en libertad, nos vimos de nuevo arrojados
a los infiernos, bajo el fuego de una dictadura militar que pintaba aún más
cruel que la anterior. Los españoles, convencidos de que la democracia ya no
tendría vuelta atrás, nos habíamos manifestado ya libremente, sin miedos, sin
represiones y en pacífica convivencia, con lo cual una nueva dictadura militar
volvería a suponer la ejecución de rojos, masones, demócratas, liberales y otra
malas hierbas. Dicho de otra manera, un
nuevo genocidio como el de la posguerra.
Y así habría sido si no fuera por
que un impresentable cazador de elefantes, el hoy denostado y demonizado Juan
Carlos de Borbón, hizo lo que ningún Presidente de República hubiera hecho por
su país y que tan siquiera hizo su
abuelo, Alfonso XIII, que salió por piernas a la primera de cambio: ponerse a los pies de los caballos, ofreciendo
su pellejo en defensa de la democracia, la paz y la libertad de todos los
españoles. Esa misma que tú y yo hoy disfrutamos.
¿Y me dices, amigo Virgilio, que
no encuentras en mi escrito ni un solo motivo que justifique el mantenimiento
de la Familia Real? Pues te voy a dar otro :
al rey debes poder meterte con él y seguir vivo. Me hubiera gustado oírte hablar así de Franco en
la época de la dictadura militar, porque aunque no lo creas, amigo Virgilio,
esas hubieran sido seguramente tus últimas palabras.
Algún día nos faltará el rey, hoy
por hoy el nexo de unión de todos los españoles, y entonces comprenderás cuanto
digo, porque no es más grande el que más ocupa sino el que más hueco deja
cuando se va.
Quien nos sobra, estimado
Virgilio, no es el rey, sino la chusma que integra nuestra clase política, un
ejército de cantamañanas que no valen ni para estar escondidos y que nos
cuestan, teórica y oficialmente, un auténtico pastón, y realmente, tres pastones. El mantenimiento de la Casa Real –que no
de la familia real- cuesta a las arcas del
estado algo menos de 8,5 millones de Euros (el sueldo del Rey es de 140.519 €, mucho menos que el de la Pagín y otros individuos/as de pelo rizo y bastante poco en comparación con el de otros similares). La asignación anual a la Iglesia
católica - directa y en euros contantes y sonantes- es de más de 13 millones de
euros al año (BOE nº315 de 31 de Diciembre de 2.011), asignación que sumada a la
procedente de IRPF y añadida a los beneficios fiscales que se le conceden,
asciende a 5.000 millones de euros anuales (
http://www.lasmalaslenguas.es/2012/01/04/la-iglesia-catolica-se-libra-de-los-recortes-2012/).
Esto sí que es un despilfarro.
Y, respecto de nuestros
politiquillos, al final de este escrito, que concluyo ya mismo, incluyo algunos
“datos de interés” que ponen los pelos de punta.
Y, para terminar y por venir a
pelo, me viene a la mente una especie de fábula que se atribuye a tu tocayo Virgilio
(Publio Virgilio Marón, poeta romano del siglo I a.c), que se llama “El Mosquito”
y que viene a relatar lo siguiente:
Al amanecer, y como todos los
días, un pastor conducía sus cabras al monte. Mientras éstas pastaban, el
pastor admiraba la maravillosa naturaleza que le rodeaba cuando, bajo la sombra
de un árbol, cayó presa de los brazos de Morfeo, ajeno a los peligros que le
acechaban: una mortífera serpiente se le acerca con aviesas intenciones, pero
cuando está a punto de hincarle el diente, un mosquito observa la escena, se
lanza hacia el pastor y le despierta clavando su aguijón en uno de sus párpados.
En este momento, el pastor le suelta un manotazo, aplastándolo contra su cara,
al tiempo que se percata que la serpiente está a punto de morderle. Coge un
palo, lucha contra ella y la mata.
Al atardecer, el pastor se retira
conduciendo el rebaño a descansar. Y se encontraba en ello cuando el espectro del mosquito
se le aparece en sueños y le reprocha su conducta, quejándose de lo mucho que está
sufriendo en su muerte por culpa de él y en injusto pago por haberle salvado de
la picadura de la serpiente, que le habría costado la vida. Y el pastor, lleno
de pesar por lo que ha oído, comprendiendo las razones del mosquito y
agradecido por haberle salvado la vida, le levantó un túmulo cubierto de flores,
con un epitafio en honor de su salvador.
No te confundas, amigo Virgilio: No era el
rey-mosquito el enemigo a batir por el daño causado con su minúscula picadura, sino
el político-serpiente por el mortal daño que pretendía causar, y que lo hubiera logrado
de no ser por aquél. No crucifiquemos por nimiedades al mosquito, al que tanto le debemos, y preocupémonos de quien con peligro cierto nos ataca.
Ningún mal te deseo por tus
veladas críticas. Y, aunque fueras mi peor enemigo, lo que nunca te desearía es
que nadie te arrebate tu libertad y tu dignidad como el ser único e irrepetible
que eres. Otros, que vivieron en esta España preconstitucional anterior al
reinado del maldito Juan Carlos I, no tuvieron esa suerte.
Saludos.
Qué recibe un diputado tras
resultar elegido el 20N?
Regalitos:
- Un iPhone 4S.
- Un iPad.
- Un PC en el despacho.
- Módem 3G.
- Voz y datos pagados.
- ADSL en casa pagado.
- Si eres del PP o PSOE, un asistente para cada dos diputados. Si eres de otro
partido, uno propio
- Un despacho propio.
- Si usa su propio coche recibe 0.25€ por km, o sea, 25€ cada 100 km y se le
pagan los peajes.
- Si no tienes un coche oficial asignado, 3.000€ anuales para taxis (250€/mes).
- Billetes de primera clase para avión, tren y barco.
¿Y Los sueldos y las dietas?
- Sueldo base de 3.126,52€ mensuales y dos pagas extras.
- Si formas parte de alguna comisión, recibes entre 775,15€ y 1.590,34€ más al
mes.
- Si tienes algún cargo (Portavoz, Secretario, etc), mínimo de 2.318,96€ más al mes.
- Puedes tener trabajos y cargos fuera del congreso sin límite ni perjuicio en
el sueldo/ayudas.
- Los sueldos que cobres de tu partido, tampoco afectan en nada.
- Si fuiste elegido fuera de Madrid, recibes 1.823,86€ mensuales más (alojamiento
y manutención)
- Si fuiste elegido en Madrid, recibes 870,56€ mensuales más para alojamiento y
manutención.
- Si viajas dentro de España, 120€ diarios.
- Si viajas fuera de España, 150€ diarios.
- Las dietas relacionadas con transporte no tributan (no se declaran a Hacienda
vamos).
- Las dietas relacionadas con alojamiento y manutención no tributan.
- Los sueldos/dietas por tener un cargo en el Congreso no tributan.
- Si dejas de ser diputado, percibes una paga mensual de 2.813,87€ hasta un
máximo de dos años. No importa si tienes un sueldo privado.
¿Y si se disuelven las cortes porque va a haber elecciones?
- Derecho a una indemnización consistente en el sueldo de los días transcurridos
hasta que se forma el nuevo Congreso (el sueldo de dos meses aproximadamente),
vuelvas al Congreso o no.
- El Congreso te paga las cuotas de la Seguridad Social, Derechos pasivos y
otras prebendas durante todo ese tiempo.
- El Congreso mantendrá tu póliza de accidentes durante ese tiempo.
- El Congreso sigue pagando el ADSL, voz y datos durante ese tiempo.
- La mudanza de tu despacho corre a cargo del Congreso.
¿Y la jubilación?
Si tienes 55 años y...
- Has sido diputado once años: 100% de la pensión máxima (2.466,20€).
- Has sido diputado entre nueve y once años: 90% de la pensión máxima.
- Has sido diputado entre siete y nueve años: 80% de la pensión máxima.
- Por el 10% del salario base, derecho a pensión privada a cargo del BBVA.
¿¿¿¿¿¿¿¿ Y NOS RASGAMOS LAS VESTIDURAS POR LA AVENTURA
DEL REY ????????