Poquito a poco lo van
consiguiendo. Los poderes fácticos del NWO se están poniendo las pilas y forzando
el paso -que la ocasión la pintan calva- con una estrategia burda, pero
efectiva:
Empecemos por Europa, y dentro de
ella, escojamos a los países más expuestos: los más folclóricos y pobres de la Europa
“civilizada”: Los Irlandeses -que son los más borrachos y degenerados de los países
anglosajones- , los portugueses -que son los más vagos y moros al norte del
norte de África-, y los mediterráneos: españoles, italianos y griegos, los juerguistas
más golfos al oeste del Edén. Al mandato
de la poderosa gran banca europea de la familia Rothschild, bajemos drásticamente
los tipos de interés de la eurozona y
ofrezcamos dinero casi gratis a los distintos países, cuyos mandatarios, o
aceptan esos créditos o son derrocados y sustituidos a dedo (véase los casos de
Italia y Grecia). Estos países, de
tendencia juerguista y derrochadora, se verán de la noche a la mañana con la
caja llena, y gastarán sin tino, además de en corruptelas, en aquello que electoralmente
más le interesa: en mejoras sociales, lo cual es de loar. Pero no olvidemos que
las mejoras sociales no constituyen una inversión, sino un gasto puro y duro
que, si bien genera un rédito electoral, no genera rédito económico alguno. Tan sólo la hucha se debe destinar a este fin, ya que invertir en
mejoras sociales un dinero que nos han prestado, que no se recupera y que sin embargo tenemos que devolver con intereses en un plazo preestablecido, es una total y absoluta temeridad. (Parece
ser que a Zapatero nadie le había dicho eso…. O mejor dicho, sí: se lo dijo
Solbes, quien se largó del gobierno porque ZP no le hacía ni puto caso, ni en
esta ni en otras muchas ocasiones).
Otra gran parte del dinero se destinaría a prestarlo a bancos y cajas de ahorros, a mínimo interés aunque con un pequeño diferencial, para que estos a su vez hagan lo propio y ofrezcan dinero barato, muy barato y a muy largo plazo, a sus clientes –los clientes/usuarios/consumidores-, a través de créditos basura e hipotecas subprime a interés casi regalado. De esta forma, los susodichos irlandeses, portugueses, españoles, italianos y griegos podrían consumir y golfear a diestro y siniestro con el dinero prestado, sin tener que trabajar previamente para ganarlo. El dinero se mueve sin parar, la economía "crece", aparentemente, a pasos agigantados, nos creemos todos ricos y consumimos más aún. Y si no tenemos dinero para ello, pues pedimos más dinero prestado, con lo cual nos endeudamos aun en mayor grado.... Y el proceso se repite una y otra vez. Comenzamos a ver, a diestro y siniestro, miles, millones de mileuristas con BMW y apartamento propio en la playa... comprados con dinero prestado.
Otra gran parte del dinero se destinaría a prestarlo a bancos y cajas de ahorros, a mínimo interés aunque con un pequeño diferencial, para que estos a su vez hagan lo propio y ofrezcan dinero barato, muy barato y a muy largo plazo, a sus clientes –los clientes/usuarios/consumidores-, a través de créditos basura e hipotecas subprime a interés casi regalado. De esta forma, los susodichos irlandeses, portugueses, españoles, italianos y griegos podrían consumir y golfear a diestro y siniestro con el dinero prestado, sin tener que trabajar previamente para ganarlo. El dinero se mueve sin parar, la economía "crece", aparentemente, a pasos agigantados, nos creemos todos ricos y consumimos más aún. Y si no tenemos dinero para ello, pues pedimos más dinero prestado, con lo cual nos endeudamos aun en mayor grado.... Y el proceso se repite una y otra vez. Comenzamos a ver, a diestro y siniestro, miles, millones de mileuristas con BMW y apartamento propio en la playa... comprados con dinero prestado.
Tras todo esto, solo queda esperar a que
la inflación suba y suba como consecuencia de este montón de dinero barato
puesto artificialmente en el mercado por parte de los bancos, hasta que la enorme
burbuja financiera así creada explote, los precios alcancen cotas inaccesibles,
los bancos ya no tengan más dinero para prestar y necesiten recuperar el dinero prestado para hacer caja... pero los los susodichos incautos no podrán
pagar sus créditos, ni sus Bancos Centrales a los mercados que han adquirido su
deuda. Se inicia una gran recesión, las empresas son incapaces de dar salida a
sus stocks y han de buscar la supervivencia reduciendo costes: consumiendo
menos y reduciendo mano de obra. El consumo cae y el paro aumenta, y con ello,
se produce una vertiginosa caída de ingresos del estado vía impuestos al
consumo -sobre todo, de los procedentes del ladrillo-, y de la seguridad social por vía salarial.
El cóctel está servido: las distintas
administraciones centrales y sus consumidores están trincados, abducidos e
hipotecados. Estos países habrán de aceptar un rescate –inicialmente, solo
financiero- a un precio importante: la pérdida parcial de su soberanía, como
por ejemplo, la imposibilidad de fabricar dinero, que ya no compete a sus
bancos centrales, sino al Banco Central Europeo. De similar manera, la determinación de los niveles impositivos de los impuestos europeos, como el IVA, también será competencia europea.
Estos rescates, aunque se diga
que se realizan a la banca, tienen un claro paganini final : el Estado, quien actúa
como avalista y quien, en el caso de que los bancos no hubieran devuelto
capital más interés transcurridos los plazos –cosa más que esperable-, tendrían
que hacer frente a los mismos, transformados ya en deuda soberana. Para que
sean “efectivos a los fines previstos”, estos rescates han de tener las mismas
características que las hipotecas subprime: han de ofrecerse por un importe
superior al necesario y a aquellos usuarios –estados- de los que se sabe que no
podrán devolver el dinero recibido en las condiciones establecidas. Sucedido
esto, vendrá la intervención de los países en bancarrota y la pérdida total o
casi total de su soberanía, que pasará a ser patrimonio de los pocos países “sanos”
que queden, los poderosos, aquellos que están plenamente controlados por los
amos del mundo.
Llegados a este punto, los poderes
fácticos que aspiran a gobernar el mundo tendrán ya sometidos y controlados, en
nombre de la democracia y la libertad, a los países insurrectos, sobre todo a los islámicos
(véase lo ocurrido con Afganistán, Irak, Egipto, Libia, Yemen… y próximamente
Siria e Irán). La globalización será total, y la fusión de todos los países así
controlados, inminentes. El Nuevo Orden Mundial habrá llegado.
“Dame el control del dinero y no me importa quien haga las leyes” –
Mayer Amschel Bauer Rothschild.
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