Alas anunnakis

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domingo, 1 de julio de 2012

POQUITO A POCO




 Poquito a poco lo van consiguiendo. Los poderes fácticos del NWO se están poniendo las pilas y forzando el paso -que la ocasión la pintan calva- con una estrategia burda, pero efectiva:
Empecemos por Europa, y dentro de ella, escojamos a los países más expuestos: los más folclóricos y pobres de la Europa “civilizada”: Los Irlandeses -que son los más borrachos y degenerados de los países anglosajones- , los portugueses -que son los más vagos y moros al norte del norte de África-, y los mediterráneos: españoles, italianos y griegos, los juerguistas más golfos al oeste del Edén.  Al mandato de la poderosa gran banca europea de la familia Rothschild, bajemos drásticamente los tipos de interés de la eurozona  y ofrezcamos dinero casi gratis a los distintos países, cuyos mandatarios, o aceptan esos créditos o son derrocados y sustituidos a dedo (véase los casos de Italia y Grecia).  Estos países, de tendencia juerguista y derrochadora, se verán de la noche a la mañana con la caja llena, y gastarán sin tino, además de en corruptelas, en aquello que electoralmente más le interesa: en mejoras sociales, lo cual es de loar. Pero no olvidemos que las mejoras sociales no constituyen una inversión, sino un gasto puro y duro que, si bien genera un rédito electoral, no genera rédito económico alguno. Tan sólo la hucha se debe destinar a este fin, ya que invertir en mejoras sociales un dinero que nos han prestado, que no se recupera y que sin embargo tenemos que devolver con intereses en un plazo preestablecido, es una total y absoluta temeridad. (Parece ser que a Zapatero nadie le había dicho eso…. O mejor dicho, sí: se lo dijo Solbes, quien se largó del gobierno porque ZP no le hacía ni puto caso, ni en esta ni en otras muchas ocasiones).

Otra gran parte del dinero se destinaría a prestarlo a bancos y cajas de ahorros, a mínimo interés aunque con un pequeño diferencial, para que estos a su vez hagan lo propio y ofrezcan dinero barato, muy barato y a muy largo plazo, a sus clientes –los clientes/usuarios/consumidores-, a través de créditos basura e hipotecas subprime a interés casi regalado. De esta forma, los susodichos irlandeses, portugueses, españoles, italianos y griegos podrían consumir y golfear a diestro y siniestro con el dinero prestado, sin tener que trabajar previamente para ganarlo. El dinero se mueve sin parar, la economía "crece", aparentemente, a pasos agigantados, nos creemos todos ricos y consumimos más aún. Y si no tenemos dinero para ello, pues pedimos más dinero prestado, con lo cual nos endeudamos aun en mayor grado.... Y el proceso se repite una y otra vez. Comenzamos a ver, a diestro y siniestro, miles, millones de mileuristas con BMW y apartamento propio en la playa... comprados con dinero prestado.

Tras todo esto, solo queda esperar a que la inflación suba y suba como consecuencia de este montón de dinero barato puesto artificialmente en el mercado por parte de los bancos, hasta que la enorme burbuja financiera así creada explote, los precios alcancen cotas inaccesibles, los bancos ya no tengan más dinero para prestar y necesiten recuperar el dinero prestado para hacer caja... pero los los susodichos incautos no podrán pagar sus créditos, ni sus Bancos Centrales a los mercados que han adquirido su deuda. Se inicia una gran recesión, las empresas son incapaces de dar salida a sus stocks y han de buscar la supervivencia reduciendo costes: consumiendo menos y reduciendo mano de obra. El consumo cae y el paro aumenta, y con ello, se produce una vertiginosa caída de ingresos del estado vía impuestos al consumo -sobre todo, de los procedentes del ladrillo-, y de la seguridad social por vía salarial.

El cóctel está servido: las distintas administraciones centrales y sus consumidores están trincados, abducidos e hipotecados. Estos países habrán de aceptar un rescate –inicialmente, solo financiero- a un precio importante: la pérdida parcial de su soberanía, como por ejemplo, la imposibilidad de fabricar dinero, que ya no compete a sus bancos centrales, sino al Banco Central Europeo. De similar manera, la determinación de los niveles impositivos de los impuestos europeos, como el IVA, también será competencia europea.
Estos rescates, aunque se diga que se realizan a la banca, tienen un claro paganini final : el Estado, quien actúa como avalista y quien, en el caso de que los bancos no hubieran devuelto capital más interés transcurridos los plazos –cosa más que esperable-, tendrían que hacer frente a los mismos, transformados ya en deuda soberana. Para que sean “efectivos a los fines previstos”, estos rescates han de tener las mismas características que las hipotecas subprime: han de ofrecerse por un importe superior al necesario y a aquellos usuarios –estados- de los que se sabe que no podrán devolver el dinero recibido en las condiciones establecidas. Sucedido esto, vendrá la intervención de los países en bancarrota y la pérdida total o casi total de su soberanía, que pasará a ser patrimonio de los pocos países “sanos” que queden, los poderosos, aquellos que están plenamente controlados por los amos del mundo.

Llegados a este punto, los poderes fácticos que aspiran a gobernar el mundo tendrán ya sometidos y controlados, en nombre de la democracia y la libertad, a los países insurrectos, sobre todo a los islámicos  (véase lo ocurrido con Afganistán, Irak, Egipto, Libia, Yemen… y próximamente Siria e Irán). La globalización será total, y la fusión de todos los países así controlados, inminentes. El Nuevo Orden Mundial habrá llegado.

“Dame el control del dinero y no me importa quien haga las leyes” – Mayer Amschel Bauer Rothschild.


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