Alas anunnakis

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sábado, 7 de julio de 2012

AL VATICANO LE CRECEN LOS ENANOS



La tensión en el Vaticano es densa como un vidrio incandescente.

El Banco del Vaticano, conocido formalmente como el Instituto para las Obras de Religión IOR, con sede en la Ciudad del Vaticano, se vio salpicado a principios de la década de los 80 por el escándalo de la quiebra del Ambrosiano de Roberto Calvi, el llamado “banquero de Dios”, que fue asesinado en 1982. Aquella bancarrota originó la quiebra de una treintena de empresas y aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad sí admitió su implicación moral y decidió pagar 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la entidad. (a pocaverguenzas como estas se destina gran parte del dinero aportado por los feligreses y los estados para el "sostenimiento económico" de la Iglesia Catolica...)

 En Septiembre de 2.010, varios investigadores italianos congelaron 23 millones de euros en fondos de bancos italianos después de la apertura de una investigación sobre posible lavado de dinero. El banco dijo que no había hecho nada malo y que sólo había transferido fondos entre sus propias cuentas. El dinero quedó descongelado en junio de 2011 aunque la investigación continúa.

Por si ello fuera poco, a finales del pasado año 2.011 la Comisión Europea anunció el inicio de acciones legales contra el Vaticano por un nuevo caso de lavado de dinero -esta vez procedente del saqueo del oro en la posguerra de la antigua Yugoslavia-, después que el abogado de más de mil demandantes le solicitase que adoptara las medidas correspondientes tras el nulo caso que la Santa Sede hacía a los reqerimientos tanto de unos como de otros, de ahí que el Dr. Jonathan Levy haya acusado al Vaticano de abuso de autoridad y de violación de las leyes Europeas contra el lavado de dinero. (Téngase en cuenta que el Vaticano es miembro asociado de la Zona Euro -que emite Euros- y que forma parte del régimen europeo contra el lavado de dinero a través del Banco del Vaticano, por lo cual debe adherirse a las Directrices europeas que en este sentido se dicten).
El Vaticano aspiraba a formar parte de los países virtuosos en materia de transacciones financieras, un deseo ampliamente querido por el Papa. Pero en el pasado mes de Marzo, El Vaticano ha aparecido por primera vez en la lista de estados en los que se realiza lavado de dinero que publica el departamento de Estado de Estados Unidos. La Comisión Europea elaborará próximamente la lista de estos países, y en el Vaticano afloran las dudas – por otra parte más que fundadas-  sobre si este pequeño estado formará parte de esa lista de países financieramente impolutos.

Por si ello no fuera bastante, y tras el escándalo por la hemorragia continua de casos de pederastia en el seno de la Iglesia, los cardenales tuvieron un amargo mes de Febrero al tener que convocar un consejo para analizar los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, tras ser acusada la banca vaticana de transferir 180 millones de euros a Alemania para evadir el control del Banco Central Italiano (mientras pide limosnitas a los feligreses y al Estado para paliar el hambre en el tercer mundo ¡Qué verguenza!).  La institución vaticana ha respondido que lo hace porque allí obtiene un mejor tratamiento de su dinero (no te jode, ¡y en Suiza también!) y que, en cualquier caso, todos estos movimientos están controlados. No deben estar tan controlados cuando hace sólo unos pocos meses se desveló que el cardenal Carlos María Viganò informó al Papa sobre la corrupción y prevaricación habitual dentro del banco Vaticano. En esa misiva le detallaba al pontífice cómo había conseguido resanar las cuentas y le solicitaba permanecer en el cargo para concluir con esta labor de depuración.  Joseph Ratzinger nunca le respondió directamente, dando la callada por respuesta, y hoy el cardenal Viganò está lejos de Roma: es el nuncio apostólico en Washington, por meter la nariz donde no debe.

A mediados del pasado mes de Mayo estalló el caso conocido como "Vatileaks", a partir del cual el mayordomo personal del Papa, Paolo Gabriele, fue formalmente acusado y detenido por robar documentos privados y confidenciales del Papa, quien evitó en todo momento hacer referencias al caso en sus posteriores apariciones públicas. Sin embargo, el cardenal Carlo Maria Martini, el antiguo arzobispo de Milán y en su día un candidato a Papa, parecía hablar por muchos cuando dijo que el escándalo debía impulsar a la Iglesia a "recuperar urgentemente la confianza de de los fieles", como si el cardenal diera ya por hecho que los fieles perderían la confianza en la Iglesia una vez conozcan el contenido de estos documentos. ¿Y por qué? Pues porque, al parecer, entre estos documentos "de alta sensibilidad" se encuentran algunos que tienen que ver con acusaciones de nepotismo y corrupción en contratos del Vaticano con empresas italianas, así como cartas escritas por un arzobispo que fue trasladado a Washington después de denuncias sobre una red de corrupción, un informe que manchó la imagen de varios cardenales (¿ se refiere al cardenal Carlos María Viganò?), así como documentos que hablaban de presuntos conflictos internos en el Banco Vaticano. Algo huele a podrido en esta Sacro-Santa institución....

Pero el último y más escabroso escándalo intramuros es el que acaba de desvelar nada menos que el propio exorcista oficial de la Santa Sede, Gabriele Amorth, quien acusa al Vaticano de reclutar jóvenes para orgías. Parece ser que la más famosa de ellas, Emanuela Orlandi, una adolescente de 15 años e hija de un funcionario que trabajaba para el Vaticano, que fue asesinada años después de ser raptada y usada como esclava sexual. Según revela el prestigioso diario The Daily Telegraph, la famosa quinceañera romana que fue secuestrada en 1983, estuvo en realidad en el Vaticano durante el tiempo que estuvo desaparecida. Allí, los pederastas la convirtieron en su esclava sexual y la usaron en sus orgías, hasta que se cansaron de ella -quizás porque a sus 30 años ya era "madurita" para sus gustos-  y la asesinaron. "El crimen tuvo un objeto sexual", ha aseverado el exorcista, que fue uno de los encargados de investigar, en su día, la desaparición de Orlandi. "Se organizaban fiestas y uno de los gendarmes del Vaticano se encargaba de reclutar a las chicas. La red implicaba al personal diplomático de una embajada de la Santa Sede en el extranjero y estoy convencido de que Emanuela fue víctima de este círculo". En entrevista con el periódico italiano La Stampa, el sacerdote de 85 años y jefe de exorcistas de El Vaticano nombrado por Juan Pablo II, dijo que monseñor Simeone Duca, archivista del Vaticano, se presentó a sí mismo como el encargado de reclutar a niñas y jóvenes para reuniones clandestinas de esta naturaleza, ayudado por gendarmes del estado papal.  El Padre Armoth descarta que el asunto tenga implicaciones internacionales e insiste en que fue utilizada para las orgías.
Hace unos pocos días,  mientras el Papa dirigía el rezo del Regina Coeli desde el balcón de su estudio varios centenares de manifestantes congregados en la Plaza de San Pedro le gritaron e increparon mientras esperaban en vano a que se refiriese o dijera algo sobre el caso, que tuviera una palabra de recuerdo, pero no fue así. De ahí los gritos, pitidos y abucheos.

Para rematar, cada vez se habla más de un supuesto complot –fraguado en el seno del propio Vaticano - para que el Papa muera, asesinado, en menos de un año. Algunos príncipes de la iglesia creen que hay demasiada ambición por hacer carrera entre algunos religiosos y muchas ganas de vengarse por puestos prometidos y nunca desempeñados.
Ándate con ojo, Ratzi, que hoy día si Al Cappone levantara la cabeza, no pasaría ni de monaguillo.
¡Joder, ¡cómo está el clero!.


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