Alas anunnakis

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martes, 5 de junio de 2012

CAGAZNARADAS


 
Hace poco más de una año, cuando teníamos cerca de 4 millones de parados, una prima de riesgo de poco más de 300 y ZP campeaba a sus anchas cual Cid Campeador en su brioso corcel a lo largo y ancho de nuestra sufrida piel de toro, se dedicaba el innombrable Aznarín –sí, el de las Azores- a comparecer en foro tras foro –eso sí, a unos buenos cuantos de miles de euros la pieza- para proclamar a los cuatro vientos que España estaba hundida, que no podría cumplir sus compromisos europeos y que, aunque no de derecho, estaba intervenida de hecho, al tiempo que cantaba las alabanzas a su propia gestión durante los años que fue presidente del gobierno.
Mientras ZP pedía confianza a inversores y mercados, Aznarín hundía aun más a España y ponía en fuga a sus posibles inversores aprovechando los atriles que por todo el mundo le facilitaba el hecho de ser presidente de un grupo extraño y oscuro con nombre de tinte fascista, la FAES -siglas que curiosamente coinciden con las de aquella “organización” a la que este buen señor pertenecía antes de declararse demócrata confeso, la FAlange ESpañola-  al tiempo que cacareaba que él, y sólo él, había sabido dar a España lo que necesitaba: un gran crecimiento económico, que prácticamente doblaba la media europea y triplicaba la de la mayoría de sus países miembros. Lo que Aznarín no decía en su largo peregrinar llevando la “buena nueva” por esos mundos de dios, esa que rezaba que “España está arruinada, no cumplirá con sus compromisos económicos y está prácticamente intervenida” es que esos años de enorrrrme, desmedido y artificial crecimiento, basado en la liberalización feroz de todo y de todos, de la venta “a buen precio” de las empresas públicas más rentables, de la especulación urbanística y del pelotazo inmobiliario, son los precedentes y las causas de la creación de la burbuja inmobiliaria cuya explosión nos tiene donde nos tiene. De aquellos vientos, estas tempestades.
No cuenta Aznarín que, como su primo hermano Charlot en la película El Gran Dictador, él también jugó a ser Dios hasta el punto que amplió la escena de la creación en un día más, un último día en que después de proclamar “hágase la luz, el cielo, la tierra, los mares, las plantas, los animales y el hombre, para rematar y mejorar la obra de Dios, Él dijo: háganse los edificios. Y los edificios surgieron por doquier cual espárragos trigueros tras intenso día de lluvia. Edificios por todos lados, pero como el suelo edificable se acababa y el estado se estaba forrando con el iva y otros impuestos procedentes del ladrillo,  se sacó de la manga la ley de medidas liberalizadoras y modificó la Ley del Suelo, de forma que todo el monte fuera orégano. Y así fue. Y ahora tenemos orégano hasta en las orejas, orégano para dar y regalar. Y dinero "para rato".
Y todo esto, con la connivencia de sus amigos los banqueros, que también ganaron mucho más dinero del que nunca pudieran imaginar. Y mientras el globo crecia, y ya casi a a punto de reventar, las mentiras y los embustes acerca del atentado del 11M hicieron que, cuando nadie lo esperaba, ZP ascendiera  a los altares y recibiera una herencia envenenada, un globo al que todavía cabía aire pero que amenazaba con reventar en no más de un par de años. Como así lo hizo… pero en manos del iluso zapatero, que al final cargó con los platos rotos y los destrozos ocasionados por un monstruo que él no había creado. En este sentido, el único crimen de ZP fue el de apuntarse a las vacas gordas sin darse cuenta de que éstas eran una mera ilusión óptica que tocaba a su fin.
Así las cosas, cuando comenzaron los problemas y con este agorero Aznarín tocando continuamente las narices en los foros internacionales, era difícil que ZP pudiera llevar el barco a buen puerto. Y dicho esto, como os conozco, canallas míos, imagino que ya estaréis haciendo chascarrillos relacionando esto del barco y el puerto con la espantá de capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, ese pobre hombre que se cayó dentro de un bote que le llevó a tierra firme justo antes de hundirse su barco.  Pero no seáis crueles, que os conozco, porque entre uno y otro hay una gran diferencia: en tanto que Schettino huyó del barco antes de hundirse, Zapatiesto no lo abandonó hasta que consiguió hundirlo del todo. Que no es lo mismo.

Y, recuperando el hilo, que me voy del coro al caño, y para terminar, yo me pregunto:

Ahora que gobierna el PP, los buenos requetebuenos, lo que iban a salvar al pais -porque lo sociatas no sabían hacerlo- con un simple chasquido de dedos, ahora que tenemos no 4 sino 5 millones de parados, ahora que la prima de riesgo esta no en 350 sino en 550 puntos básicos y ahora que no es que podamos incumplir con nuestros compromisos europeos sino que Marianiño anuncia directamente que no los cumpliremos….. ¿Dónde coño está Aznarín? ¿Dónde están sus discursos agoreros como presidente de la FAlange ESpañola, digooooooo …… de las FAES? ¿Dónde está su verborrea fácil y sus malditas profecías? ¿Dónde está la vergüenza del pequeño Gran dictador? ¿Le ha comido la lengua el gato o es que Marianiño ha nombrado alcaldesa de Madrid a la señora esposa del pequeño gran dictador para que esté calladito? Pues me temo que va a ser esto último. Eso se llama integridad.




La pena es que a Aznarín le haya salido bien la jugada y que, con el apoyo de los ultrafascistas de manos limpias, se haya quitado del medio al juez Garzón, porque tanto él como yo sabemos que, de no haber sido así, hubiera acabado, más tarde o más temprano, con sus pequeños y malditos huesos en la cárcel. Pero cuidado, Aznarín, que Garzón ha creado escuela. Mira lo que dice este fiscal americano de tu amiguito George W. Bush:


 Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar




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